El Fundador

El Fundador

Jon Quintana

Nací y crecí en un barrio complicado, donde la delincuencia, la droga y la violencia eran parte del día a día. En aquella época la heroína arrasaba con familias enteras, los tiroteos y atracos eran frecuentes, y vi a demasiada gente perder la vida demasiado pronto.

Esa realidad marcó mi carácter, pero lo que realmente me dio rumbo fueron los valores que aprendí en casa, de la mano de mi padre, ya que creció en la casa de un general, su bisabuelo era el chofer y ellos vivían en la casa de empleados, además, hizo su servicio militar obteniendo grandes marcas como atleta, gracias a esto, mi padre siempre me enseñó disciplina, esfuerzo y respeto.

Mi primer contacto con las artes marciales fue con apenas 10 años, en unas clases de Kung-Fu que no me convencieron. Continué practicando otros deportes, pero todo cambió cuando un día sufrí un asalto a mano armada. Ese momento fue un punto de inflexión: decidí dedicar mi vida a aprender y perfeccionar sistemas de defensa personal y artes marciales que realmente funcionaran en situaciones extremas.

Con el tiempo alcancé metas que jamás hubiera imaginado: obtuve el 6º Dan en Krav Maga ( El sistema de combate del ejército israelí ) 5º Dan en Combatives (el sistema de combate del ejército de Estados Unidos), 4 dan en Hakkoryu JuJutsu, siendo el primer alumno en todo el mundo en obtener el grado de instructor de Taiho Jutsu, aparte de Goshin Jutsu, me convertí en Maestro en Muay Thai y recibí el 2º Dan en Full Contact y Kickboxing, teniendo el honor de formarme con uno de los alumnos de Bill Wallace, una leyenda viva del kickboxing.

Mi camino no se detuvo ahí. Pasé de alumno a instructor, y más tarde a formar a instructores y profesionales de la seguridad en todo el mundo. He entrenado a fuerzas especiales de ejércitos, unidades policiales de élite, escoltas de presidentes y figuras VIP, así como a funcionarios de prisiones y cuerpos de seguridad que trabajan en primera línea de riesgo. Esa experiencia me dio una visión clara: la defensa personal debía evolucionar.

De ahí nació Hybrid Self Defence: un sistema que combina lo mejor de las artes marciales tradicionales y los sistemas de combate militar, creado para ser eficaz, realista y sencillo. Para mí, no se trata solo de enseñar a defenderse, sino de transmitir valores de disciplina, confianza y superación.

Hoy, cuando miro atrás, veo que todo lo que viví —desde crecer en un barrio duro hasta entrenar a los más altos niveles de seguridad— fue el camino que me llevó a crear este sistema. Hybrid Self Defence es más que una disciplina: es mi forma de demostrar que incluso en los entornos más hostiles, se puede forjar carácter, transformar la adversidad y convertirla en fortaleza.